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Espinoza Paz[dropcap]C[/dropcap]on más tablas en el escenario y hasta con el debut de una canción que había compuesto tres días antes, Espinoza Paz se presentó ante un lleno en el Teatro Nokia de Los Ángeles.

El exclusivo centro de espectáculos de Los Angeles tuvo una asistencia de unos siete mil seguidores de la fulgurante carrera del llamado “Cantautor del Pueblo”, originario de Angostura, Sinaloa. “Gracias por estar conmigo”, expresó Paz, quien empezó con «Ya no lo vamos a hacer» y después hizo un recorrido en las que resaltaron «El próximo viernes», «Lo intentamos», «El ruido de tus zapatos», «Al diablo lo nuestro» y «Un hombre normal».

El cantautor de 33 años de edad también rindió un pequeño homenaje a Jenni Rivera cuando cantó en solitario el que fue su dueto en «El olvido no ha llegado» y más adelante «Inolvidable».

La canción de música ranchera que aseguró haber compuesto hace tres días y que cantó acompañado con mariachi fue «Gracias por aquellos años».

En su concierto de poco menos de dos horas, Paz logró presentar no sólo los que han sido sus éxitos como solista sino cantó algunos temas que fueron éxitos en artistas de regional mexicana.

Sin embargo, a ratos en lo que pareció caer en un letargo sólo logró poner de pie a sus seguidoras mientras que el resto permaneció sentado escuchando sus composiciones.

A pesar de ello Isidro Chávez Espinoza, su nombre verdadero, quien llegó a Estados Unidos indocumentado y trabajó pizcando en los campos de California, mantiene una sólida carrera en el género regional mexicano.

Paz se presentó con botas y pantalón negro de piel y una camisa estampada negro con dorado y un sombrero blanco, sin realizar cambio de vestuario.

En el imponente escenario estuvo acompañado de su banda de música y de mariachi a los que empleaba de forma indistinta.

Paz evitó temas controversiales para hablar en el escenario y no hizo mención del fallecimiento de Roberto Gómez Bolaños ni de asuntos de índole político y social y optó sólo por cantar.

Su actuación fue respaldada por los espectaculares efectos de luces del recinto, pero sus interpretaciones nunca fueron reforzadas ni por videos ni imágenes que lo podrían haber hecho más impactante.

Paz a diferencia de sus primeros conciertos en donde hasta asumía una pose encogida y tímida, esta vez caminó más en el escenario hasta simuló que dirigía a la banda.

En otro momento, hasta se tomó “selfies” y autografió texanas de la primera fila al tiempo que cantaba sus canciones.

Más adelante también invitó a tres mujeres a bailar con él y en un pedestal de micrófono a manera de tubo, lo que provocó gritos y emoción de asistentes.

Al terminar y a pesar de que algunas de sus seguidoras le pedían la clásica “¡otra!”, Paz nunca regresó dejando ese agrio sabor de boca para las que estaban ansiosas por seguirlo escuchando y que le pedían a gritos «Espero», «Sobre mis pies» y «Mil heridas».

Por: Notimex

JC Sol

Promotor Artístico especializado en Periodismo Digital, Director Editorial y Promoción de SAPS Grupero. 17 años de experiencia dentro del fantástico mundo de la Música. Formé parte del equipo de promoción de las disqueras Sony Music y DISA. Ingeniero de profesión con estudios en Publicidad y Educación. Convencido que la calidad moral y la preparación educativa se maman más en casa de lo que se aprenden en una escuela.

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