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No hubo duda que la presentación de Kumbia Kings estuvo cargada de energía, no solamente del grupo, sino entre el público.

El brío de los artistas permeó entre la gente y logró momentos catárticos que dejaron a los asistentes batidos y satisfechos.

Poco antes de las 11:00 de la noche, el escenario del Teatro del Pueblo se encendió para presentar a los exponentes más reconocidos de la cumbia México-texana. Los integrantes de Kumbia Kings aparecieron y de inmediato conectaron con el público.

Miles de personas corearon sus canciones y se contagiaron de la vibra energética de los artistas. En el escenario, 20 integrantes bailan, cantan, tocan instrumentos y participan de las coreografías.

Aunque la cumbia es su principal insumo, los músicos han sabido combinar otros géneros para darle más vitalidad y frescura a sus interpretaciones.

Ya no es sólo con el hip hop y el pop; ahora presentan en sus temas arreglos que combinan una serie de géneros que resultan en una michelada bien balanceada; una especie de cumbia callera con hip hop cholo funky aguamielero.

Pareciera que son muchos, pero cada uno de sus integrantes se siente importante durante la presentación. Ya sea para conducir un instrumento o para vestir una coreografía bien marcada y energizada.

Un momento particularmente aplaudible fue al llegar la canción “Sabes A Chocolate”, cuando el público gritó y cantó a coro la rola junto a los intérpretes, quienes ya sin A.B. Quintanilla, pero sí con Cruz Martínez, han sabido innovarse y seguir gustando al público.

Kumbia Kings presentó un espectáculo de dos horas exactas que cumplió, además puso a cantar, a bailar y a disfrutar al respetable público en un ambiente de buena energía y ritmos extremadamente pegajosos que fueron bien recibidos por parte de los asistentes.

Y recuerda: ¡Si no está en SAPS Grupero… seguro no ha sucedido!

Por: Periódico Correo

Erick Cuesta

Con orgullo edito, redacto y creo noticias e información sobre el género Regional Mexicano en SAPS Grupero, La Revista Digital. Hay quienes hacen música y la interpretan; yo solo escribo para ella. Ya lo dijo Octavio Paz: "Escribo para que la muerte no tenga la última palabra".

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