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Ángel Gabriel Domínguez de 14 y Cristopher Salvador Martínez de 15 años de edad, es un dueto de jóvenes entusiastas que tocan el género musical sierreño en Irapuato, Guanajuato.

El trabajo comenzó cuando sin conocerse, de casualidad Ángel y Cristopher se encontraban tocando el mismo estilo en el centro de la ciudad, y de ahí empezaron a colaborar juntos.

En la secundaria ambos tomaron clases de guitarra, y la música que les agrada es variada, versátil, destacando Ángel el pop y baladas como Luis Miguel y Cristopher el campirano sierreño con artistas como Ariel Camacho.

Cristopher mencionó que ambos tienen diferentes proyectos musicales, los cuales sueñan en un futuro poder llevarlos a cabo y presentar sus propuestas personales a un amplio público.

Por su edad afirmaron que la música ha sido buena fuente de ingreso, y lo consideran por lo pronto un hobby, ya que sirve de trabajo y por otro lado no está de más “picar piedra” para encontrar más adelante más fuentes de ingreso.

Mencionaron que los pueden encontrar en las mañanas desde las 10 de la mañana hasta las 14:00 horas, en varios puntos del centro e incluso tocando en los camiones urbanos, pero aseguran que es más sencillo encontrarlos en sus redes sociales tecleando sus nombres.

Ángel Gabriel Domínguez de 14 años y Cristopher Salvador Martínez de 15 años de edad, son un dueto de jóvenes que les gusta la guitarra.

Cabe destacar que el sierreño es un género Regional Mexicano que a diferencia de un norteño, este se identifica por estar constituido principalmente por guitarras, el género sierreño en sus inicios llamado “campirano” tuvo su origen en el noroeste de México (en regiones como Sinaloa, Sonora, Chihuahua, etc.) y se creó como alternativa a los norteños y bandas.

Y recuerda: ¡Si no está en SAPS Grupero… seguro no ha sucedido!

Por: Periódico Notus

Erick Cuesta

Con orgullo edito, redacto y creo noticias e información sobre el género Regional Mexicano en SAPS Grupero, La Revista Digital. Hay quienes hacen música y la interpretan; yo solo escribo para ella. Ya lo dijo Octavio Paz: "Escribo para que la muerte no tenga la última palabra".

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