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[dropcap]A[/dropcap] Roberto Frausto Sánchez, integrante de la Banda MS, le apasiona tocar la tuba a pesar del riesgo de perder un oído o un ojo por el esfuerzo, al paso del tiempo.

La tuba es uno de los instrumentos de viento más raros, pesados y con uno de los sonidos más potentes que existen, por tal motivo, muy pocos músicos se animan a ejecutarlo y sobre todo, a cargarlo.

Es además uno de los instrumentos principales en las bandas estudiantiles, en México es indispensable en las sinaloenses o zacatecanas.

Precisamente, uno de esos músicos que se sienten orgullosos de tocar la tuba es Roberto Frausto Sánchez, miembro de la Banda MS, originario de San Marcos, Sinaloa, un hombre afortunado que gracias a la música ha vivido increíbles experiencias junto a «Consentida», la tuba que lo acompaña desde hace años en su andar por los escenarios.

El joven sinaloense es parte importante de la agrupación y, orgulloso, habló de su profesión, su pasión por la música y los pros y contras de cargar este enorme e interesante instrumento.

«Yo soy de un pueblo que está como a una hora de Mazatlán, Sinaloa, y desde siempre quise ser músico; empecé de lleno en la secundaria y ya llevo 18 años en esto, bendito Dios», dijo emocionado en entrevista.

Recordó que a la primera persona que escuchó en un escenario, y que admira desde entonces, fue al ex tubero de El Recodo, Carlos Soto «Jocoki», ya fallecido, quien a lo largo de 20 años impuso un estilo único en la banda fundada por Cruz Lizárraga.

«Tengo esa imagen de la primera vez que vi a unos músicos en vivo, al primero que vi fue a el «Jocoki». Para mí era una maravilla verlo tocar, era increíble, yo tenía ocho años y quién iba a imaginar que con el tiempo sería su alumno».

Ya con un maestro como Carlos Soto, quien falleció de leucemia en 2012, Roberto Frausto Sánchez se visualizaba en los escenarios tocando en las mejores bandas.

«Él me ayudó mucho, siempre dijo que tenía que crear mi propio estilo, no sabía cómo, pero la clave fue no tratar de imitar a nadie, y gracias a ello, creo que lo logré. Hasta ahora, la gente que sabe de música y que está metida en ésto identifica mi sonido».

Al responder a la a pregunta sobre el por qué se especializó en la tuba, señaló que ésta llegó a su vida años después, pues él deseaba ser trombonista.

«Yo quería el trombón, pero al entrar a mi primera banda, ya estaban los tres trombones, así que sólo quedaba la tambora, la armonía o la tuba, y la tambora no tiene mucha melodía, es puro golpe, y no me gustaba y como yo soy alto, pues me dieron la tuba«.

Confesó que en un principio este instrumento no le gustaba. «La verdad no me gustaba, pero con el tiempo me empezó a gustar, me empezó a llenar día a día y hasta la fecha ya no la quiero dejar, ni la voy a soltar», expresó.

El músico de la Banda MS aseguró que la tuba es una pieza que al unirse al músico se funde con él.

«Yo me armo con mi tuba y se me olvida todo, si tengo problemas familiares, personales, enfermedades, todo se me olvida. Yo me subo al escenario con mi tuba y aparece la magia, portarla allá arriba es una emoción muy especial, una adrenalina que recorre mi cuerpo y nos convertimos en uno solo, se vuelve parte de mí».

Sin embargo, no todo es «miel sobre hojuelas» para quien practica este instrumento que llega a pesar más de 15 kilos.

«Mido 1.83 de estatura, pero para un tubero ser alto no es un requisito, conozco tuberos chaparritos, mucha gente cree que un tubero debe estar gordo para aguantar el peso, pero no es así. Yo di clases en la escuela de Germán Lizárraga y ahí aprendí y enseñé que este instrumento es para los buenos músicos, el físico no importa», detalló.

Añadió que su gran sueño era ser reconocido y estar en una banda de éxito.

«Mi sueño era que la gente me reconociera, que cuando escucharan un disco dijera: ‘¡Ah´! ése que toca la tuba en la banda es Roberto’, porque con el tiempo conoces los sonidos de los tuberos, yo tengo oído y cuando escuchó una banda sé quién es el tubero y me imagino que ellos cuando me oyen también me reconocen».

Compartió que aunque está en una de las bandas más exitosas del momento, como la MS, tiene muchos sueños y aspiraciones.

«Siempre deseé estar en lo más alto, aspirar a lo más grande, trabajando todos los sueños se cumplen y ahorita estoy con los mejores y es para mí una gran oportunidad».

Al hablar de las complicaciones que implica practicar un instrumento como la tuba, comentó:

«La tuba que yo traigo pesa como 17 kilos, las complicaciones son, a la larga, porque se puede lastimar la columna, pero lo más duro es que si no tienes un calentamiento adecuado, puedes llegar a perder un oído o hasta un ojo, que por el esfuerzo se puede vaciar».

Compartió que el músico debe calentar antes de cada show, pues además de los problemas que mencionó, hay otros que pueden surgir, incluso arriba del escenario.

«Si no tienes calentamiento previo, te empiezan a doler las quijadas, te cansas, en fin, este instrumento, como a muchos otros, tienes que darle su tiempo, tienes que hacerlo parte de ti».

Dijo que afortunadamente a él no le ha pasado nada, pero sabe de muchos compañeros que han tenido serios problemas al cargar y ejecutar la tuba.

«Muchos optan por usar una tuba chica, a mí no me gustan, estoy muy alto y si uso una chica me vería raro».

Ha sido tanto el amor a la tuba, que se ha interesado mucho en la historia de este instrumento.

«Sé algo, pero me apasionan las tubas, acabo de comprar una que le llaman Helicom, que es un instrumento de la familia de la tuba que se usa en Europa para ejecutar fanfarrias militares», detalló.

Agregó que «este instrumento se dejó de hacer en 1936, me ofrecieron uno y lo compré, es como de la guerra y ahí lo tengo porque es de colección».

Añadió, que a la auténtica tuba se le llamaba «Bajo de Pecho».

«La tuba que nosotros usamos y que se toca en las bandas sinaloenses se llama Sousafon, y produce un sonido más profundo que la tuba, pero todos le decimos tuba. Si llego a Estados Unidos y pido una tuba me sacan un instrumento gigante».

Sobre su trayectoria musical, Roberto Frausto comentó que antes de llegar a la MS ha pasado por varias agrupaciones.

«Aquí tengo cuatro años, desde hace seis me invitaron, pero no se había podido dar, yo estuve ocho años y medio con la banda de Chuy Lizárraga, también trabajé con La Costeña y me inicié con la banda de mi pueblo».

El músico confesó que a lo largo de los años se ha llegado a encariñar con sus tubas.

«Si, la verdad sí me encariño con el instrumento, la que tengo ahorita tiene 13 años; he vendido unas y comprado otras, ya tengo seis, pero ésta la guardo. Las venden en México, no son muy comerciales, pero sí se halla. Ésta yo la quiero mucho porque su sonido es muy especial, no la suelto ya sea grabando o en bailes o shows, es la consentida, por eso así le puse ‘La consentida’«.

A tal grado que la mandó a pintar y en toda la tuba aparecen símbolos e imágenes que representan un gran valor personal para él.

«Me la diseñó un chavo en Mazatlán, le di la idea y el la plasmó en toda la tuba, es la cuarta tuba que mando pintar. Yo quería que simbolizara a Dios, mis padres y mis hijos; además, tiene todos los números de los integrantes de la MS, mi número es el 17, además de las banderas, entre otras cosas que le mandé pintar».

Para finalizar, Roberto Frausto Sánchez, dijo que ser músico es una profesión que no cambia por nada.

«Me ha dado muchas experiencias muy lindas, viajar a lugares que nunca en mi vida imaginé. La visión de alguien que viene de un pueblo es corta, pero cuando empieza a salir al mundo se da cuenta de lo grande que es la música y hasta dónde se puede llegar con su sonido».

Por: Notimex

Erick Cuesta

Con orgullo edito, redacto y creo noticias e información sobre el género Regional Mexicano en SAPS Grupero, La Revista Digital. Hay quienes hacen música y la interpretan; yo solo escribo para ella. Ya lo dijo Octavio Paz: "Escribo para que la muerte no tenga la última palabra".

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