Banda La Vareña te pone a bailar con "La Danza del Coyote"

¿Nunca te ha pasado que suena una tonada y de pronto tus oídos se ponen en alerta? Esto sucede cuando un ritmo pegajoso te invita a mover cada centímetro de tu cuerpo. Primero la cabeza, después el tronco y si estabas sentado, es inevitable no pararse y agitarse al compás de lo que se robó de pronto tu atención. Todo esto sucede cuando «La Danza del Coyote» de Banda La Vareña aparece y te atrapa con una canción que se apodera de todos tus sentidos.

La agrupación que se fundó en 1998 y es originaria del bello puerto de las Varas en Nayarit, México, pronto cumplirá 20 años de carrera. Desde sus inicios ha trabajado muchísimo para mantenerse en el gusto del respetable. Su calidad en el escenario, la experiencia adquirida y sus originales propuestas musicales, ponen a bailar a propios y extraños.

Su gran espíritu de lucha y raíces humildes, los llevaron a establecerse en Los Ángeles y ahora forman parte de un importante sello discográfico que apuesta por su agradable estilo de alegrar al público.

Una vez más, en esta ocasión con «La Danza del Coyote», Banda La Vareña impone un ritmo único a un estilo musical que anima y prende al escucha.

La letra, los acompañamientos, todo funciona como una especie de detonante para que muevas el cuerpo sin deberla ni temerla.

«Ahora vamos a bailar, la Danza Coyote, con un brinquito para allá, otro brinquito para acá, te vienes, te vienes a bailar, con el coyote que va a cazar, a su presa y a gozar…», dice la primera parte de la letra de «La Danza del Coyote».

La sencillez, adornada de varios instrumentos, genera una sensación familiar porque esa es la clase de música que te pone en marcha cuando la fiesta está a nada de comenzar. Simplemente negarse no es opción y solo resta seguir las emociones, dejándote llevar para que tus pasos te lleven a esa tierra prometida.

Lo mejor de la canción se da en la parte del medio, pues se hace un puente musical que te obliga a cambiar el paso y a improvisar como lo haría un Tin Tan o Resortes. Es una energía incontrolable que, de verdad, vale la pena disfrutar.