La plomería es la profesión de Emilio Martínez, quien en sus ratos libres o cuando no tiene trabajo acude a la Plazuela Miguel Hidalgo en Iarapuato, Guanajuato, para cantar melodías norteñas acompañado de su esposa e hijo menor.

El canto solamente es uno de sus pasatiempos, refirió Emilio, pero además dijo que incluso ha compuesto algunas melodías, para practicar “lo que más le gusta”, por lo regular el intérprete contrata un conjunto norteño para acompañar su voz.

Emilio Martínez lleva el canto “dentro de él” y considera a la música como “muy bonita porque sale de adentro del corazón”, de la misma forma manifestó que procura siempre acompañarse de un grupo norteño ya que es más motivante que “cantar simplemente con pistas”.

Por último dijo que siempre buscó que alguno de sus 7 hijos se interesara en la música, sin embargo ninguno de ellos tuvo gusto por el canto.

“Mi oficio no es este, yo soy plomero, nada más que lo llevo por dentro, cantar y por eso vengo aquí a la plazuela, es muy bonito porque la música sale dentro del corazón, sobre todo cuando me acompañan los del grupo norteño porque canto con pistas pero no es lo mismo que cantar en vivo, porque con pista como que la gente no te toma en cuenta”.

Un ejemplo claro de ‘cuando se quiere, se puede’ es esta persona que se gana la vida en la plomería y a diario lucha por cumplir sus sueños, entonando melodías con tal sentimiento que le surgen del corazón.