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Dicen que “a cada santo le llega su día” y para los experimentados, los que son el pilar de casa, se les cumple. Los abuelitos estarán más que consentidos, aunque realmente deberían de estar así los 365 días del año.

Para ellas y ellos, hemos preparado algo especial, en nuestra gustada sección LO CHIDO, LO GACHO Y LO PEOR de los abuelitos.

LO CHIDO

Todos –bueno, la mayoría- tuvo ese abuelito o abuelita que te recibía con los brazos abiertos en su casa; sabías que al llegar ahí, te convertirías en el rey, que tus deseos se cumplirían, esperabas la sorpresa que te habían preparado: ya sea tu platillo favorito, un dulce sorpresa, algún regalo especial sólo por el simple hecho de ir con ellos, es decir, la casa de los abuelos se convertía en tu primer lugar preferido de la vida.

LO GACHO

Hay quienes no tuvieron –o tuvimos- esa fortuna de tener abuelos apapachadores. Los hay, quienes en vez de consentirte te traían corto, que cuando llegabas a casa, te ponían a hacer aseo, o bien trabajar en aquella micro empresa: preparando la venta, darle de comer a los animales de casa, ir por las tortillas, hacer las compras en la tiendita de la esquina, sin importar que fueras hasta tres veces; en la infancia esos mandados eran la muerte.

Pero no sólo eso, hay abuelos trabajadores que salían de casa a vender productos, dar un servicio o algo por el estilo, entonces llevaban al nieto porque se les estaba enseñando oficio –aunque para nosotros de peques, eso no fuera “tan chido”- entonces tus fines de semana o vacaciones se te iban en trabajar y en el peor de los casos, sin recibir un solo peso por ello, y no podías reclamar nada, porque el abuelo te sacaba el cinturón a la primera.

LO PEOR

Hoy día has crecido, en algunos casos, te has convertido en papá o mamá. Si tuviste la suerte de tener abuelos consentidores, permíteme felicitarte, es una experiencia indescriptible y de las épocas que más recuerdas de tu infancia. Si tuviste abuelos trabajadores que te llevaban a su jornada laboral con la única idea de enseñarte disciplina y que el dinero se gana de esa manera, también permíteme felicitarte, porque eso ha forjado parte de tu carácter, te ha permitido pasar esa enseñanza ahora a tus hijos.
También hay aquellos que no tuvieron la fortuna de conocer a sus abuelos y eso provocó un hueco importante en la vida.

CONSEJO

Si aún tienes la fortuna de contar con tus abuelitos, procura visitarlos de forma continua, no sólo el 28 de agosto, tu compañía les brinda gran alegría y les llena de vida. No hay nada como ver a un abuelito sonreír y sentirse querido, si disfrutas de tenerlos con vida, todos los días es el momento de verlos… mañana, no sabemos.

Recuerda ¡Si no está en SAPS Grupero… Seguro no ha sucedido!

Por: Erick Cuesta / La Gorda Magazine

Iván Aguero

Comunicólogo con más de 17 años de experiencia en medios: redacción, producción y conducción.

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