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Celso Piña “El Retorno al Origen”

Celso Piña “El Retorno al Origen”

[dropcap]E[/dropcap]mociones que no han salido de un tintero común sino de las notas de un prodigioso sonar del acordeón de un hombre nacido con la virtud natural de la música, innovador y rebelde con causa, temperamental, auténtico. Celso Piña vive hoy un momento de retorno, un nuevo contacto en pleno con sus raíces y el comienzo de una historia que aún tiene mucho por contar…

CP : Hablar de Celso Piña es historia porque tengo ya más de treinta años en la escena musical, me han pasado cosas increíbles, cosas creíbles, cosas buenas, muy buenas, malas y muy malas pero ese creo yo es el sentido de la vida. Batallé al principio, tuve muchos tropiezos, precisamente por mi rebeldía musical porque siempre quise hacer cosas distintas y no sólo quedó en el intento lo hice, me aferré a algo que no existía en mi tierra en Monterrey : el sonido de la música colombiana.

Pienso en aquella “Colombia Chiquita” construida al son de los tocadiscos que más allá de barrios en la capital mexicana como Peñón de los Baños o Tepito, se acentúa también en algunas colonias populares de “La Sultana” y viene a mí la sensación de esta gran influencia para Celso…

CP : Por supuesto hoy quedan ya muy pocos representantes sonideros pero en aquellas épocas existían cientos que tocaban me atrevo a decir que a diario, colonia a colonia barrio a barrio, eran todo un fenómeno, pero todo se acaba, era como un pedacito de Colombia pero con el Cerro de la Silla de testigo, a nuestro estilo de acuerdo a nuestra idiosincrasia, nuestra cultura, y precisamente esto para mí fue de mucha utilidad, me sirvió pues me rocé con muchos sonideros que eran los que traían esa música y no de Sudamérica sino de Estados Unidos, pues los discos los enviaban a Houston, Dallas, San Antonio por ejemplo y algunos jóvenes de estos grupos se iban y los traían en una especie como de “mercado negro” pues eran piezas muy especiales y difíciles de conseguir, esos discos no los encontrabas en las discotecas, iba yo a las tiendas y les decía: ” Oiga quiero el disco nuevo de Andrés Landero” y respondían “¡ese no lo tengo pero tengo el de Rigo Tovar! y además eran muy caros pues en aquella época el de Rigo te costaba 25 pesos y era lo máximo y uno de estos te salía en $350 así que lo comprábamos pero en sociedad, ósea entre tres o cuatro cuates del barrio una semana se lo quedaba cada uno y así hasta que se rayaba y ése era el que lo pagaba!

 Y esos tocadiscos junto con los grandes “maestros virtuales” (Aníbal Velázquez / Alfredo Gutiérrez) como usted mismo los ha bautizado, fueron el complemento ideal de un joven que traía en la vena la facilidad de interpretar y tocar uno de los instrumentos más complejos : el acordeón…

CP : Fui a Barranquilla hace unos años a un Festival muy importante y me llevé una gran sorpresa pues coincidí precisamente con Aníbal Velázquez y Alfredo Gutiérrez quienes fueron en los 70s mi inspiración, yo me soñaba como ellos con el acordeón en grandes escenarios y de hecho les hice una confesión: “Ustedes fueron mis maestros pues yo estudie sobre sus discos la forma de cantar de interpretar…” y su respuesta fue : “Pues entonces Piña usted es más grande que nosotros pues a nosotros nos enseñó Don Alejo Durán” pasa una cosa cuando se desea algo con todas las fuerzas del ser con todo el corazón se logra mejor incluso que si se estudia.

¿Cómo llega ese primer acordeón a la vida de Celso?

CP : Yo por ahí del año 72 le dije a mi padre que mi aspiración era llegar a tocar como los artistas de los discos que escuchaba a diario y que necesitaba un acordeón, así que papá fue a las tiendas de empeño, de segunda mano y consiguió uno pero de dos hileras nada más pero me fue útil para empezar a ensayar.

Paralelamente estuve en tres agrupaciones que me sirvieron mucho pues como dicen por ahí “agarre tablas” sobre todo en el escenario , tocábamos cumbias, rock and roll temas de César Costa, de Enrique Guzmán, a veces incluso haciendo coros, con otro grupo el repertorio era de baladas pero yo me quedaba dormido en la batería pues no era lo mío, hasta que un día me dijo mi padre ” Para que batallas, crea tu propia banda, practica y practica nadie nace enseñado ” Él de hecho se convirtió en mi mayor crítico lo llamaba para que me escuchara y a los primeros acordes se daba la media vuelta y se iba solo decía: ¡No No No te falta mucho todavía! y que bueno pues no lo cegó el amor de padre eso me hubiera dejado en la mediocridad.

¿Y cuándo llega el tan esperado SI?

CP : Pues yo creo que pasaron como unos 5 años fíjate me costó muchísimo, y si me cuestioné si valía la pena el sacrificio pues yo me la pasaba días enteros en el sótano de la casa a veces ni me acordaba de comer y mi madre se enojaba mucho porque se juntaba el desayuno, la comida, y la cena y yo me comía en la noche todo de golpe, pero hoy sé que si valió la pena.

Tiempo después ya con el dinero que saque de mis trabajos y de la venta de mi acordeón me compré uno más completo de tres hileras pero muy usado demasiado pesado, se le escapaba el aire, lo apretaba uno y salían hasta cucarachas pero fue el principio de una carrera de esfuerzo.

 Todas las trayectorias de éxito tienen un momento decisivo que marca un antes y un después ¿cuál es el de Celso Piña?

CP : Yo digo que me recibí cuando grabé mi primer disco profesional en 1980, volví con los sonideros pues me invitaban a los eventos yo no les cobraba nada con que me pagaran la renta del equipo yo iba, y en una ocasión fue a Monterrey una persona importante de Peerless: José Luis Loera “El Galán” que se reunía con ellos para ver qué novedades de música tenían y le hablaron de mí, llegue a una reunión y me pregunto de qué sonido era, le respondí que yo tocaba el acordeón que no pertenecía a ningún sonido y me citó para escucharme cantar, le pedí una lana a mis papás para rentar buen equipo llegué el día, estuve tocando, al terminar me preguntó que si no era de Colombia, ¡se sorprendió cuando le dije que no!, así que después me cuestiono si no tenía disquera, cuántos años tenía de experiencia, mi edad y cosas así. Tiempo después mandaron de la capital a Don Felipe “El Indio” Jiménez a que me escuchara para entrar al estudio y grabar el disco, escogimos 10 temas, de hecho mi primera canción viene en ese álbum pues aunque no me considero un compositor siempre me gusta incluir 3 o 4 temas en los discos, fue complicado también pues ensayamos diario porque antes entraban todos los músicos juntos y con el click con la secuencia para agarrar los tiempos, y a veces unos se adelantaban otros se atrasaban, pero ahí nos íbamos emparejando, pero pasó un año y nunca salió el disco. No supe nada, hasta que un día estaba construyendo un gallinero en la casa para una gallinas cubanas de mi mamá y en eso en el radio escucho que me presentan y comienza a sonar mi canción, corrí le subí todo el volumen una emoción inexplicable

 ¿Qué canción era?

CP : Una que se llama “Cumbia Para Bailadores” y una satisfacción mayor aún es que es el primer disco que me han tocado completo por ambos lados y además por petición de la raza porque la gente así lo pidió…

Los apodos se popularizan por diferentes razones y en ocasiones el propio artista siente disgusto ¿El mote de “Rebelde del Acordeón” le agrada?

CP : Si claro y déjame contarte de dónde viene, resulta que un empresario organizó un evento en una explanada muy grande en Monterrey, había varios grupos y a mí me tocaba el cierre, se sube la primera banda y comienzo a escuchar a la raza muy prendida, después el segundo y el tercero ¡pero me di cuenta que eran exactamente las mismas rolas! y dije ¡algo me huele mal! ¿qué es esto un concurso de versiones quién la canta más bajo más recio más bonito más rápido? y así pasó con todos, me tocaba a mí y se me acercé el compa con una lista con esos mismos temas yo lo vi arrugué la hoja y se la aventé y le dije” yo voy a tocar lo que la raza quiera y lo que yo quiera” se me quedo viendo y me dijo: “Eres un Rebelde” pensé que se iba a enojar pero a los quince días hizo un bailote y en grande en la lona “Celso Piña El Rebelde del Acordeón”.

¿Qué es la rebeldía hoy en día para Celso?

CP : Siempre ha sido y es musical, por ejemplo las fusiones, he hecho duetos con todos los géneros he visitado muchos países, he alternado con bandas totalmente diferentes, una vez en Alemania nos tocó un grupo que tocaba en trusas incluso uno sin trusa ese fue el que tuvo más éxito, ahora que fui a España me buscó la gente de Estopa pues querían que grabáramos juntos, fue una experiencia muy buena, hicimos una “rumbia”, en Suecia pasó lo mismo,eso es lo maravilloso de la música que no hay límites.

 Comparaciones como ser el Eddie Van Halen de la Cumbia ¿importan?

CP : Creo que precisamente tiene que ver el hecho de haber trabajado con tantos artistas, pero también por antigüedad, la trayectoria también cuenta, he tenido el gusto de ser reconocido por Gobernadores, Alcaldes, por ser el pionero en la música colombiana en Monterrey… ¡Y tiene más valía ser embajador de otra cultura! Exactamente eso, pues es otro folklore, otra historia, otra cultura Vicente Fernández es el número 1 pero es su gente, sus tradiciones, su música.

 Estas son sólo algunas vivencias de un amplio recorrido de vida y profesional pero a la vez son contexto para entender el proceso de regreso que hoy experimenta el maestro al volver a sus inicios musicales…

CP : Llevaba casi una década haciendo duetos, de pronto comenzó a pasar que yo salía al mercado o en el cine o en los aviones y la gente se me acercaba y me decían “Maestro nos gustaría escucharlo como antes como al principio a usted solito” esto junto con la inquietud que yo tenía de hacer justamente eso y con el apoyo de “La Tuna” se logró este proyecto. Yo estuve congelado 4 años porque mi disquera no quería hacer lo que yo quería y preferían tenerme sin grabar, lo cual fue muy duro pues soy músico de esto vivo, pero tenía que hacer lo que me naciera. Así surge “Aquí Presente Compa” el video del primer sencillo se grabó durante la gira en Europa y quedé muy satisfecho, es un álbum con un sonido muy auténtico para quienes se volvieron seguidores en los primeros años, suena a Celso Piña y su Ronda Bogotá nada más con temas inéditos.

Después de tantos años en una profunda unión entre artista y acordeón ¿qué puede separarlos

CP : ¡Ni la muerte pues yo he pedido que me entierren o me quemen con mis siete acordeones!…

¿Siete por cuestiones cabalísticas?

CP : No porque yo no creo en eso para mí “La superstición es la religión de las mentes débiles”

¿Cómo quiere ser recordado hoy que es una leyenda?

CP : Yo no soy una leyenda me faltan como cien años, mira la gente es muy ingrata si estas dos años sin sacar un tema te olvidan, entonces para qué me preocupo en como quiero que me recuerden sé que algunos fans lo harán pero no demasiado tiempo, sé que mi música si quedará en otras generaciones, pero nada más, mejor que me disfruten ahora en vida en lo que llega otro Heraclio Bernal.

Por : Ingrid Lazper/Radio Notas

Anilú Ochoa

Proactiva, veraz, justa con amplio sentido crítico. Soy una mujer tenaz, fuerte, independiente, sensible, soñadora y enamorada.

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