A principios del mes de marzo, en una ceremonia protocolaria, el músico Alberto de la Rosa recibirá un reconocimiento al Mérito Académico de parte de la Universidad de Texas Valle del Río Grande, en Estados Unidos, un acontecimiento que mantiene entusiasmado al artista, quien dijo que este tipo de acciones significan un visto bueno y, hasta cierto punto, una exigencia de continuar trabajando como lo ha hecho hasta ahora.

Reconocido como intérprete, arpista, compositor, arreglista y productor mexicano, así como uno de los mayores exponentes del arpa jarocha en el mundo, Alberto de la Rosa celebra representar a México en el extranjero, en el área de la música tradicional, la cual, declara, goza de buena salud.

“En estos tiempos en los que la gente está avasallada por la música comercial, es muy importante puntualizar que la música tradicional tiene su público y, aún más, hay interés de los jóvenes no nada más por escucharla, sino por interpretarla y hacer fusiones que son una manera de mantenerla viva y apostarle a la innovación como un proceso natural”.

Con respecto al arpa jarocha, su incorporación al mariachi y el aumento significativo que hay de instrumentistas que la tocan, rememoró que hace cincuenta años el número de artistas, sobre todo jóvenes, era muy escaso, cuando hoy es posible hablar de cientos de ellos de distintas edades.

“Del mariachi debo apuntar que nace con el arpa. Un arpa con características de la tierra de origen —arpa jalisciense—. La relevancia de estos tiempos es que esa arpa la están cambiando por el arpa jarocha, porque ha tenido un mayor desarrollo. También, porque está la música jarocha y todos los mariachis tocan música jarocha, en México y en otros lados, como Estados Unidos, donde el veracruzano Iván Velasco ha hecho una labor extraordinaria”.

El director del grupo de música folklórica Tlen Huicani, que acumula una trayectoria de más de cuatro décadas, declaró que el arpa le ha dado muchas alegrías: “el hecho de ser representante de Veracruz, de México, con el arpa, es un honor muy grande. La mayor satisfacción es que los niños y jóvenes se interesen por este instrumento. Ya hay escuela para estudiarla y, aunque no he tenido participación formal en su construcción, sí he tenido muchos alumnos”.