[dropcap]C[/dropcap]errar los ojos es un instinto que Pancho Barraza no puede evitar sobre el escenario. Su voz es la única arma con la que enfrenta al público, a una masa de peticiones que lo reta a cantar cada una de las composiciones que ha sumado a lo largo de 30 producciones discográficas.
“Cierro los ojos al cantar, pero estoy al pendiente para ver el ánimo del público, de lo que gritan. A veces no se puede complacer a todos, más de alguna canción se te escapa y hay gente que solo va por esa canción. Yo recomiendo que desde el principio me hagan sus peticiones”, reconoce el cantante originario de Sinaloa al saber que Guadalajara lo tiene como uno de los más esperados del cartel del próximo Palenque de Fiestas de Octubre —se presentará el 9 de octubre—. “Hay canciones que no alcanzan a entrar, son muchas y la gente va a verme con la ilusión de que las cante”.
El reto que visualiza en la Perla Tapatía lo emociona. No se trata de un concierto más y aunque actualmente está de gira en Los Ángeles, la mente de Barraza se enfoca en Guadalajara, escenario que será testigo de su reencuentro con Los Recoditos, la banda que lo lanzó al estrellato hace más de 25 años y con la que actualmente colabora en una nueva canción.
Nunca han dejado de estar en contacto, pero el palenque tapatío logró homologar fechas entre ambos exponentes para que el público disfrute de la trayectoria de estos íconos del regional mexicano y que han perdurado en el gusto popular pese al nacimiento de otros intérpretes que pelean por coronarse en la venta de taquilla y conciertos.
Guadalajara es una plaza especial para Barraza, la menciona como su casa, aquí ha producido uno de los discos que han marcado parte de su éxito con la grabación en vivo en 2004, en donde consagró a una de sus más emblemáticas composiciones “Mi Enemigo El Amor” y el homenaje que rindió a su amigo, Joan Sebastian, con “Las Mariposas”, canciones que desde su perspectiva son las que más disfruta sobre el escenario ante el frenesí que el público comparte cuando el cantautor deja abierto el micrófono.
Han pasado 19 años desde que “Mi Enemigo El Amor” se instaló como el estandarte musical de Barraza, composición que el sinaloense considera lo pone bajo presión para que cada nueva canción se acerque al éxito que ésta tomó por sí sola.
Reconoce que superar este éxito no le quita el sueño pero sí lo ha hecho más cuidadoso de sus nuevos contenidos y sobretodo lo han hecho paciente, al considerar que para que una canción replique el éxito tienen que pasar años, no ser solo una melodía de moda y que la gente la siga solicitando en cada presentación más allá de la difusión que los medios de comunicación —como la radio— puedan otorgarle en las listas de popularidad.
“Es increíble que una canción de hace 19 años la gente la siga cantando como si ahorita estuviera de promoción. Tengo el compromiso de poder superar a mis canciones pasadas cuando escribo nuevas. Es difícil luchar contra esos temas, luchas contra su historia e impacto. No es lo mismo que escuches la canción muchas veces en la radio, el reto es que la gente las cante y las siga pidiendo en los conciertos”.
A Pancho Barraza no le interesa jactarse del encuentro generacional que su música produce entre aquellos fans que lo siguen desde sus inicios hasta los jóvenes que han heredado el gusto de sus canciones por sus padres en la actualidad.
Prefiere hablar del impacto sentimental y de identidad que el género de banda y norteño producen en la sociedad, de cómo lo regional perdura en México a pesar de las nuevas tendencias musicales que llegan con otros ritmos y conceptos.
“En la historia de la música mexicana el género regional ha traspasado por décadas. En nuestro país los géneros duran entre 10 años, las modas se cambian rápido, pero la banda tiene más de 40 años en el gusto popular desde que Antonio Aguilar comenzó, luego llegó Joan Sebastián, la Arrolladora El Limón y la Original, La Recodo. La banda es un estandarte en México, no ha pasado las barreras del idioma pero sí las fronteras culturales”.
Si algo ha caracterizado a Pancho Barraza es el romanticismo y aunque el cantante ha marcado distancia de los contenidos violentos o sexistas, profesa respeto hacia los colegas que han sido blanco de críticas y persecución no solo por los corridos sino hasta por comentarios polémicos que han dado pie para que el género se etiquete de manera negativa. “Cada quien tiene la libertad de expresarse, si no hacemos frente a las críticas no podemos seguir en esto, desaparecemos. No tengo nada contra la crítica pero no me gusta que las cosas se tomen de manera personal. Sobre el contenido de las canciones tú decides que llevar y no a tu casa”.
Por: El Informador
