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ALEJANDRO[dropcap]M[/dropcap]ás de 80 mil asistentes en el Estadio Azteca fueron testigo, la noche de ayer, del adiós Vicente Fernández, quien con un concierto de casi cuatro horas ininterrumpidas, puso fin a 50 años de trayectoria arriba de los escenarios.

«El Charro de Huentitan», quien acompañado de un convoy arribó al Estadio Azteca, poco después de las 07:00 de la noche, hizo una pausa en el recital para dedicar unas palabras a su esposa Cuquita Abarca.

Su hijo menor, Alejandro Fernández, subió al escenario para compartir el micrófono; ahí, «el Potrillo» aprovechó para hacerle una promesa. «Gracias papá por este gran legado que nos dejas. Te prometo, te lo juro, que jamás voy a dejar morir la música mexicana, siempre la llevaré en el alma, en el corazón y la seguiré llevando por todo el mundo como tú me lo encargaste».

Mientras el concierto trancurrìa con normalidad, don Vicente estuvo a punto de sufrir un accidente cuando tras quitarse el moño de charro y aventarlo a la audiencia, perdió el equilibrio, pero logró reponerse de inmediato sin mayores consecuencias.

Con frases como «Yo quisiera darte un beso en esa boca y beber toda esa ternura que hay en ti, y cuando el corazón tiene sed, hay que darle de beber», el cantante hizo gritar a los asistentes al Azteca, a quienes también les brindó unas emotivas palabras. «Ser capaz de quedarse muerto en un escenario tan sólo por llevarse a la tumba lo que más quiso en esta vida, su presencia, su cariño, su respeto y sus aplausos».

Por: Grupo Fórmula

Anilú Ochoa

Proactiva, veraz, justa con amplio sentido crítico. Soy una mujer tenaz, fuerte, independiente, sensible, soñadora y enamorada.

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